En el marco de la COP16, se llevó a cabo el conversatorio “Chocó: Tejiendo oro, biodiversidad y sabiduría ancestral para un futuro sostenible” en la sala 5 del Banco de Occidente, en Cali, organizado por el programa Tierra Dorada de USAID. Este evento buscó visibilizar el papel transformador de las comunidades del Chocó en la conservación de la biodiversidad y la coexistencia con medios de vida como la minería artesanal, impulsando el desarrollo económico sostenible en la región.
El moderador y representante de Tierra Dorada, José Luis Ortega, inauguró el evento destacando la riqueza biocultural del Chocó. Explicó cómo la biodiversidad y los conocimientos ancestrales se entrelazan con los recursos económicos, especialmente el oro, para tejer un modelo de desarrollo sostenible. “El Chocó es un manto de vida, cultura y biodiversidad, que está decidido a sanar y proteger su tierra para un futuro mejor”, señaló Ortega.
Los panelistas de este espacio fueron el director de CODECHOCÓ, Arnold Rincón; la coordinadora del Grupo de Tecnología Minera y Gestión Ambiental, de la Universidad Tecnológica del Chocó (UTCH), Mary Carmenza Arriaga, y la representante legal de la Fundación Agropecuaria Fabrotes, Mónica Patricia Mosquera.
En su intervención, Mary Carmenza Arriaga, resaltó la importancia de integrar el conocimiento científico con los saberes ancestrales; “la academia ha dejado de ser sólo ciencia; ahora trabaja con las comunidades en un diálogo constante de saberes. Mientras nosotros aportamos conocimiento técnico, las comunidades poseen el entendimiento del territorio y sus necesidades para restaurar, mitigar y proteger el medio ambiente”, expresó.
Por su parte, Mónica Patricia Mosquera, compartió los logros de la Fundación Fabrotes en reforestación productiva. “Nuestro trabajo con los productores de cacao busca restaurar las tierras dañadas por la minería extractiva, mediante la siembra de cacao junto a plantas maderables, contribuyendo así a la recuperación del territorio”, explicó.
Este conversatorio brindó una oportunidad única para explorar cómo las prácticas comunitarias en el Chocó contribuyen tanto a la sostenibilidad ambiental como a la creación de modelos económicos resilientes. Ortega destacó: “Nuestro enfoque está en escalar los modelos exitosos que ya existen, construyendo sobre lo que ya ha sido desarrollado por las comunidades del Chocó”.
Finalmente, Arnold Rincón enfatizó el compromiso de CODECHOCÓ con la formalización de las actividades económicas de las comunidades, incluyendo la minería, el sector forestal, la agricultura y el ecoturismo, las cuatro actividades económicas clave en el Chocó. “La formalización es clave para garantizar que estas actividades sean sostenibles y que los beneficios lleguen a quienes más lo necesitan”, afirmó Rincón.
El Chocó se consolida así como un ejemplo global de desarrollo sostenible basado en la diversidad biocultural y el conocimiento ancestral. Sin embargo, este trabajo sigue en marcha, y las comunidades continúan enfrentando desafíos que requieren esfuerzos coordinados para asegurar un futuro más equitativo y resiliente.